El director general del Ente Vasco de la Energía, Iñigo Ansola, ha subrayado el papel clave del gas como energía de apoyo en el proceso de descarbonización y en la tarea de avanzar hacia un modelo energético más sostenible. Se trata de la idea que ha querido destacar durante su intervención en el curso "El gas natural y su contribución a la transición energética: ¿Aliado o enemigo?" que ha tenido lugar dentro de los Cursos de Verano de la UPV-EHU.
Ansola ha señalado que el gas natural "representa actualmente el 32% de la demanda energética vasca y ha sido el gran impulsor del cambio de nuestro mix energético, de la mejora de la eficiencia, la reducción de emisiones de CO2 y de la incorporación de las nuevas tecnologías en el proceso productivo”. Además ha añadido que se prevé que para 2030 “aumentará su porcentaje hasta el 42% en detrimento del petróleo".
Uno de los pilares de la Estrategia Energética de Euskadi E2030 es, junto al impulso de las fuentes renovables, el aprovechamiento de fuentes energéticas autóctonas y de ahí la importancia que adquieren los proyectos de investigación que se están llevando a cabo desde la Sociedad de Hidrocarburos SHESA -dependiente del EVE- en la búsqueda de recursos que garanticen el suministro y reduzca los costes (económicos y ambientales) de su traslado.
La Comunidad Autónoma de Euskadi cuenta con una infraestructura gasística muy desarrollada, una red de gaseoductos muy mallada y un consumo energético intensivo derivado de su industrialización y de la generalización del gas para usos domésticos. Consume al año alrededor 3 BCM-s de gas ( 3.000 millones de metros cúbicos) que se importan en su totalidad porque la producción  en su territorio es, por el momento, nula.