Frigoríficos, congeladores, secadoras, lavadoras y lavavajillas están sujetos a la normativa europea que obliga a etiquetarlos con información sobre su consumo de energía.
Conviene elegir electrodomésticos con etiqueta A, ya que consumen menos energía para realizar la misma función. Además, habitualmente son aparatos de mayor gama y calidad que incorporan elementos más duraderos.